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Dicen que eres lo que comes, y en ningún sitio se puede reflejar mejor este dicho, que en la salud de tus dientes. La principal causa de caries, es el ácido que se encuentra en los dientes y desgasta el esmalte con el tiempo. Alimentos como dulces azucarados y/o carbohidratos almidonados se disuelven en azúcares, convirtiéndose en ácido corrosivo en tu boca, atacando el esmalte de tus dientes y debilitándolos.

Las caries son la enfermedad crónica más común que enfrentan las personas de entre 6 y 19 años, causando complicaciones como dolor, problemas de masticación y otros problemas dentales. Y si no te cepillas ni usas hilo dental, la placa se endurece y se convierte en sarro.

¿Cómo puedes evitar que la placa cause estragos en tu boca, y que el esmalte de tus dientes no se debilite? Además de cepillarte los dientes al menos dos veces al día y visitar a un dentista con regularidad, hay que tratar de evitar o limitar los alimentos que exponemos a continuación:

 

  • Dulces y dañinos caramelos.

No es sorprendente decir que el abuso de caramelos es perjudicial para la salud bucal.

Si los caramelos son duros, al chuparlos y partirlos en pequeños trozos, pones en peligro el esmalte, incluso podría conllevar una rotura del diente. Cuando son masticables, se pegan al diente por un largo tiempo, alargando la disolución del caramelo y exponiendo las encías y dientes a esta azúcar perjudicial.

Pero el caramelo ácido, es el que contiene más y diferentes tipos de ácidos que son aún más perjudiciales para los dientes.

Si necesitas o tienes antojo de comer algo dulce, prueba con una onza de chocolate, que se puede masticar y lavar fácilmente.

 

  • Al rico pan.

Piénsatelo dos veces mientras caminas por el pasillo del pan del supermercado. Cuando lo masticas, tu saliva descompone los almidones en azúcar. Ahora, transformado en una sustancia pastosa, el pan se adhiere a las grietas entre los dientes. Y eso puede causar caries.

Una alternativa a este alimento, es comer panes menos refinados como los de trigo integral. Estos contienen menos azúcares añadidos y no se descomponen tan fácilmente.

 

  • Refrescantes bebidas carbonatadas.

Hay estudios que confirman que beber grandes cantidades de refresco carbonatado podría ser tan perjudicial para los dientes como el uso de algunas drogas.

Estas bebidas permiten que la placa produzca más ácido para atacar el esmalte de los dientes, secando la boca y segregando menos saliva. Además, las bebidas de color oscuro pueden decolorar o producir manchas en los dientes, y las ácidas, provoca grandes daños en el esmalte.

Consejo: no debes cepillarte los dientes inmediatamente después de beber un refresco; esto podría acelerar el deterioro.

 

  • Frutas y verduras, ¿perjudiciales?

Los frutas y verduras de color intenso, contienen un pigmento que puede adherirse a nuestros dientes y mancharlos, mencionando también los zumos de frutos rojos, que están tan de moda, que hace que pigmente el esmalte y por si fuera poco, son más fáciles de penetrar en nuestros dientes.

No podemos olvidarnos de naranjas, pomelos y limones, que son sabrosos como frutas y exquisitos para hacer zumos, y están repletos de vitamina C, pero su contenido de ácido puede erosionar el esmalte, haciendo los dientes más vulnerables a la descomposición.

Consejo: después de comerlos, enjuágate la boca.

 

  • Café, vino y té.

Debido a la acidez, la presencia de taninos y al alto contenido de cromógenos, el vino, tanto el blanco como el tinto, afecta negativamente a nuestros dientes, tiñendo el esmalte de estos.

No todos los tipos de té afectan en la misma medida, por ejemplo, el negro y el rojo son los que más taninos contienen y por ello, son los que más afectan al esmalte. Por otro lado, el té verde, si no va acompañado de azúcares, es de los menos perjudiciales en este sentido.

Y por último, el café, debido a su condición de líquido, le permite penetrar con más facilidad en el diente y es uno de los alimentos que más mancha el esmalte. Además, hay que tener en cuenta que suele ser un producto de ingesta diaria, que lo hace más dañino por la reiteración de su consumo.

 

  • Saludables frutos secos.

Un puñado de frutos secos es saludable y hasta lo recomiendan en numerosas dietas. Pero algunos de ellos como los albaricoques, las ciruelas pasas, los higos, etc., son pegajosos y difíciles de masticar, por lo que se quedan atascados y se aferran a los dientes dejando mucho azúcar.

Debes tener especial cuidado con las nueces, y más si están duras, ya que pueden llegar a fisurar el esmalte de tus dientes, dañar los implantes dentales, prótesis dentales y aparatos de ortodoncia.

Consejo: enjuágate la boca con agua y cepíllate los dientes o usa el hilo dental después de comer frutos secos.

 

  • ¿Hielo? ¡No lo mastiques!

Todo lo que contiene es agua, así que en un principio debería estar bien masticar hielo, ¿verdad? Pues no es así. Masticar sustancias duras puede dañar el esmalte y hacerte susceptible a emergencias dentales, tales como los dientes astillados, agrietados o rotos y coronas sueltas.

Usa el hielo para enfriar las bebidas, no para comerlo.

 

  • Alcohol y tabaco.

Todos sabemos que beber alcohol en exceso no es saludable ¿Pero te has dado cuenta que cuando lo bebes, se te seca la boca? La saliva impide que los alimentos se peguen a los dientes y lava las partículas de alimentos. Incluso ayuda a reparar signos tempranos de caries, enfermedad de las encías y otras infecciones orales.

Cabe mencionar, que el tabaco, sin ser un alimento, es con diferencia la sustancia que más perjudica a nuestra boca. Afecta tanto a los dientes como a las encías y mucosas.

Esto sumado al alcohol, es una bomba para nuestra salud bucodental.

 

Ahora que ya conoces los alimentos más perjudiciales para tu boca, debes limitar su consumo y a la vez extremar tu higiene: cepilla tus dientes siempre una media hora después del consumo de alimentos ácidos, y usa enjuague bucal para poder minimizar los riesgos de padecer una dentadura manchada.

EyD Prótesis te recuerda, que el esmalte de los dientes no se regenera, por lo que es importantísimo cuidarlo.

¡Hasta el próximo post!